Histológicamente un quiste epidermoide consiste en una delgada capa de epitelio escamoso.
Por lo general suelen ser quistes firmes o fluctuantes, asintomáticos que crecen lentamente principalmente en el tronco, cuello, cara, escroto o detrás de las orejas.
[1] El término quiste sebáceo se usa con poca frecuencia, pero un quiste epidermoide nace de una obstrucción del conducto de una glándula sebácea asociado a un folículo piloso.
Ocasionalmente lleva a la aparición de un conducto largo y delgado que abre hacia la piel.
[2] En ocasiones, estos quistes pueden resultar infectados y formar abscesos dolorosos.