El diseño y la dirección de las obras de este nuevo puerto estuvieron a cargo del ingeniero Luis Augusto Huergo, quien también se ocupó de realizar el trazado de un barrio para albergar a los operarios.
Los trabajos comenzaron en noviembre de 1889; sin embargo, a mediados del año siguiente, la empresa concesionaria quebró y la mayoría de las viviendas fueron abandonadas.
Poco después, la concesión pasó a manos del Ferrocarril del Sud, que finalizó los trabajos en 1905.
Para entonces, la zona ya contaba con un importante asentamiento conocido por los vecinos como «Dock Sud», en referencia a la sociedad mencionada.
En el uso de su superficie participan (según datos del año 2010) principalmente la industria del petróleo (39,5 %), operadores de logística petrolera y química (15.7 %) y operadores de contenedores y carga general (10,2 %).