Se formó en torno a la fábrica de tanino que sobrevivió hasta los años 1950; no obstante otras industrias ya habían tomado su lugar como principal actividad del pueblo atraídas por la comunicación férrea y fluvial, que a diferencia del puerto de Barranqueras constituía una serie de muelles privados.
A medida que crecían Vilelas, Barranqueras y Resistencia la urbanización se extendió hacia el este; la combinación del crecimiento edilicio con el decaimiento de las actividades industriales la transformó en una pequeña ciudad dormitorio del Gran Resistencia.
Hacia el sur la ruta Provincial 62 (de tierra) llega hasta el balneario del Paranacito.
Las vías del ferrocarril General Belgrano llegan hasta la localidad como vestigios de su pasado industrial.
Hay varias industrias que ocupan muelles privados sobre el riacho Barranqueras.