El primer puente del que se tiene noticia debió levantarse durante el siglo XIV, construido entonces de madera.
Los daños en esta estructura que producían las diversas crecidas del río Turia obligaron a iniciar en 1425 la construcción de una estructura más robusta, que ya tenía de piedra los cimientos y pilares.
En 1876 el tranvía de la línea al Grao comenzó a cruzar el puente, electrificándose en 1900.
Correspondió al arquitecto Javier Goerlich el diseño de peatonalización del puente.
Para salvar la pendiente, Goerlich dispuso dos escalinatas onduladas, completadas con cuatro bancos en chaflán y los penáculos que componen la actual imagen del puente.