Puente de cristal

A diferencia de la pasarela de cristal, que recorre distancias relativamente cortas, o el pasadizo elevado de cristal, que une dos edificios y suele llevar un techo, también de cristal, el puente de cristal suele ser un puente colgante.

Debido a su coste, el uso de cristal o vidrio en la arquitectura, típico de la llamada arquitectura invisible, también se asocia con el lujo y la ostentación.

[2]​ De acuerdo con el arquitecto Ádám Holicska, «mientras una estructura de cristal diseñada por un ingeniero competente y fabricada por un especialista no supone mayor riesgo en términos de seguridad estructural que cualquier otro material de construcción, el cristal es propenso a roturas localizadas.» De ahí, señala que «resulta cuestionable la idoniedad de su uso en una zona montañosa, donde existe cierto riesgo de impactos de rocas».

De hecho, para andar tanto en los puentes[3]​ como las pasarelas de cristal[4]​ se debe usar un calzado protector.

[1]​ Por otra parte, el Grand Canyon Skywalk, en el Gran Cañón de Colorado, es una plataforma con suelo de cristal construido como mirador.