Puente Viejo (Talavera de la Reina)

La documentación bajomedieval registra la existencia de la Puerta del Río, principal acceso a la ciudad por el sur y que comunicaba con este puente.

Según Antonio Ponz, en 1773 aún podía leerse: “Petrus de Mendoza / Cardenaus Hispan me Archiepi Toletan.

[1]​ La adscripción de las obras se sitúa en 1483 o 1490 según unos u otros investigadores.

Es decir, la imagen del puente con tablones salvando los ojos y el uso de barcas seguirá siendo la constante durante todo el siglo XIX.

[1]​ A lo largo del siglo XX el puente siguió sufriendo los problemas de las pasadas centurias.

En este sentido, Ángel Ballesteros lo llegó a denominar como «Puente de los remiendos».

Existen particularidades que caracterizan de forma singular al Puente Viejo.

Por las formas de estos ojos podemos deducir que los arcos apuntados corresponden al periodo gótico-pleno medieval, los de medio punto están más asociados al Renacimiento-Baja Edad Media, mientras que el empleo de arcos rebajados o escarzanos, está vinculado al periodo bajomedieval-moderno.

Es presumible que el número de arcos haya variado a lo largo del tiempo.

En el caso de los arcos medievales asociados a los siglos XIII y XIV, una vez se derrumbaron con motivo de las avenidas del río, se optó por reducir su luz, llegando a construir dos arcos donde originalmente había uno.

Por su parte, la fábrica de sillarejo es empleada en los tímpanos, donde se aprecian juntas irregulares y peor ejecutadas.

Vista del puente en España, sus monumentos y sus artes, su naturaleza e historia (1886)
Tres de los ojos del puente