Pterodroma hasitata

Se extiende por el Caribe hasta el cabo Hatteras sobre la corriente del Golfo en el Atlántico.

Como en la mayoría de los petreles, su habilidad para caminar es muy limitada, con un dificultoso andar sólo cuando llega al nido.

La especie, antes común en las Antillas, ahora es mucho menos abundante.

Esto se debe a que sus llamadas son sonidos extraños en la noche, semejantes a los de las gaviotas, y como son difíciles de ver, suelen ser tomados por ruidos de brujas o diablos por los pobladores cercanos a sus colonias.

Esto ha originado toponimias, como La Bruja en Cuba o Morne Diablotín, un pico montañoso donde antes se reproducía la especie en Haití.