En estos pacientes los sintomáticos más frecuentes son dolor abdominal, náuseas, vómitos y anorexia.
Es importante recalcar que un TAC no permite realizar una diferenciación franca entre un pseudoquiste y una lesión quística pancreática(3).
El método por excelencia para confirmar este diagnóstico es el ultrasonido endoscópico, el cual nos permite diferenciar un pseudoquiste pancreático de otras lesiones quísticas.
Esta alternativa a las cirugías es muy segura y exitosa drenando pseudoquistes, sin embargo presenta alto riesgo de infección y está contraindicado en aquellos pacientes que presenten material sanguinolento o sólido o que tengan un ducto pancreático estrecho.
Se logra al formar una comunicación entre el ducto pancreático y el estómago o el intestino delgado.
Tiene una tasa de éxito muy similar a la variante endoscópica, teniendo como diferencia que acarrea una mayor morbilidad.