[2] Conforme avance la enfermedad los ataques recurrentes de dolor son cada vez más intensos, frecuentes y prolongados.
Existen muchas otras pruebas de imagen que nos permiten llegar al diagnóstico: ecografía, tomografía axial computarizada y resonancia magnética del abdomen, endoscopia digestiva con inyección de contraste en el páncreas (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica o CPRE) o ecografía a través de endoscopia digestiva (ecoendoscopia).
Existen otras pruebas que sirven para medir la capacidad de funcionamiento del páncreas.
[9] El dolor abdominal puede ser muy intenso y requerir altas dosis de analgésicos, a veces incluso opiáceos.
[10] Los antioxidantes pueden ayudar pero no está claro si los beneficios son significativos.
Entre las razones para optar por la cirugía se encuentran si hay un pseudoquiste, una fístula, una ascitis o una obstrucción fija.