Cuando se descubrió al avión ribereño africano en el siglo XIX, Gustav Hartlaub pensó que se trataba de una carraca, y taxónomos posteriores lo clasificaron o bien en su propia familia, o bien con los artamos.El avión ribereño africano tiene una distribución restringida, y aunque parece que localmente es numeroso, su estado no ha sido totalmente investigado.Podría estar extinto, ya que no existen registros, ni siquiera informales, desde 2004.El avión ribereño africano fue descrito científicamente en 1861 por el zoólogo alemán Gustav Hartlaub, a partir de un espécimen recolectado en Gabón.Hasta que, tras los estudios de anatomía de la especie realizados por Lowe, se determinó que estaba próximamente emparentado con las golondrinas y los aviones, aunque suficientemente diferenciado como para clasificarlo en una subfamilia separada, Pseudochelidoninae.[3][4] Durante muchos años el avión ribereño africano fue el único componente del género y la subfamilia, hasta que fue descubierto el avión ribereño asiático (Pseudochelidon eurystomina) en 1968, por el ornitólogo tailandés Kitti Thonglongya[5] Aunque minoritariamente, algunos coinciden con Brooke en situar a este último en su propio género, Eurochelidon, debido a las significativas diferencias con la especie africana, aunque también en la misma subfamilia.[8] Los aviones ribereños son intermedios en algunos aspectos entre las golondrinas típicas y otros paseriformes: tienen picos robustos, pies grandes y patas relativamente fuertes, lo que es inusual entre los insectívoros aéreos.Además tienen una gran siringe (el órgano vocal) y una estructura bronquial diferente.[12] Sin embargo, también se ha planteado que podría no ser migratorio en absoluto.Por su único emplazamiento invernal conocido, se supone que el hábitat no reproductivo del avión ribereño asiático es la zona aledaña a las masas de agua dulce donde puede alimentarse, y dormir en los carrizales por la noche.Anida en grandes colonias de hasta 800 individuos entre diciembre y abril, cuando los niveles del río están bajos.[14] El avión ribereño africano se alimenta en bandadas tanto sobre el río como sobre el bosque, a menudo lejos del agua.[2] El avión ribereño asiático se alimenta de insectos, incluyendo los escarabajos, que también caza al vuelo.[2] Dado el tamaño de su boca y su inusual estructura, podría atrapar insectos mayores que otros hirundínidos.[16] Pamela C. Rasmussen sugiere, que por tener los ojos inusualmente grandes, esta especie podría ser nocturna o crepuscular, un factor que lo haría muy crípitico y explicaría parcialmente como un ave característica ha permanecido sin detectar tanto tiempo.Aunque este hecho podría entrar en contradicción con que el primer espécimen de la especie supuestamente fuera recolectado cuando dormía en un carrizal por la noche.No se sabe con certeza si representa un declive real o un abandono del lugar en respuesta a la persecución.
El
río Congo
es la principal zona ce cría del avión ribereño africano.