Su misión era desarrollar una tecnología militar superior a la de sus adversarios en plena guerra fría.
No se conoce ningún fenómeno natural que pueda producir este efecto.
Los satélites también estaban provistos con sensores que podían descubrir la pulsación electromagnética de una explosión atmosférica.
Se requirió una potencia energética adicional para estos instrumentos, y los satélites más grandes tuvieron un consumo de 120 vatios generados por los paneles solares.
Inesperadamente, los satélites Vela fueron los primeros dispositivos en descubrir los estallidos de rayos gamma provenientes del espacio exterior.
[1] Hasta la fecha no se ha explicado suficientemente este hecho, que ha pasado a llamarse el Incidente Vela.