Skinner pensó en la posibilidad de maniobrabilidad y vista aguda para manejar cohetes.
Decidió utilizar las palomas porque tenía experiencia previa con estos animales y le parecían más predecibles que otras especies.
A pesar de todas las condiciones extremas, las palomas siguieron picoteando con precisión el objetivo en la pantalla.
[5] Mientras el objetivo permaneciera en el centro de la pantalla, ésta no se movería, pero si la bomba empezaba a desviarse, la imagen se desplazaría hacia el borde de la pantalla.
[3] Skinner ganó póstumamente el premio Ig Nobel de la paz en 2024; su hija Julie Vargas, quien recibió el premio, dijo: "Quiero darle las gracias por reconocer por fin su contribución más importante.