Protocolo (seguridad)

El mismo debe estar consensuado entre los distintos actores intervinientes (fuerzas de seguridad, fuerzas policiales, ministerios de justicia y de seguridad, otros actores) y permiten, en el momento de aplicarse, resolver situaciones de forma más eficientes.

Los protocolos deben ser realizados por personal con conocimiento en seguridad y en la materia específica, a la vez que se deben considerar los diversos impactos en su accionar.

La utilización de protocolos en la seguridad pública son de utilidad para mantener criterios de trabajo y así evitar desacuerdos o conflictos innecesarios.

También los protocolos de actuación definen lineamientos políticos,[7]​[8]​[9]​ aunque no deben alejarse de los saberes técnicos.

En muchas ocasiones ante incidentes los protocolos son revisados y replanteados[10]​ aplicando conceptos de mejora continua.