Las protestas se realizaron en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz de la Sierra, Yucumo, Rurrenabaque, San Antonio, El Alto y Trinidad.
Las protestas obligaron al gobierno a suspender la construcción de la carretera cuando este ya tenía todo listo para iniciar las obras, contando con una empresa contratada y el respectivo financiamiento.
En 2017 el gobierno de Morales reevaluó la construcción de la carretera alegando que habrían sido los pobladores del TIPNIS los que habrían estado pidiendo la apertura del camino.
Morales llegó al poder con la promesa de poner fin a la discriminación y la marginación.
[9] En junio, Morales dijo que la carretera seguiría adelante "les guste o no a ellos (los grupos indígenas)".
Algunos parlamentarios del partido expresaron su apoyo a los manifestantes, así como las demandas de los aproximadamente 12.000 habitantes del Territorio indígena y parque nacional Isiboro-Sécure[11] en la Cuenca Amazónica, donde habitan 64 pueblos indígenas[8] y donde se propuso construir la carretera.
Esta es una zona de gran belleza natural y un área protegida, en el centro de Bolivia, en donde Morales planeaba construir una carretera que afectaría el medio ambiente y, según analistas, perjudicaría a una tribu indígena que habita en la región.
Varios funcionarios del gobierno, entre ellos el ministro del Interior, Sacha Llorenti, y el ministro de Transparencia, Nardi Suxo, dijeron que se trataba de un "secuestro", pero Choquehuanca se negó a calificarlo como tal, diciendo que "las hermanas y compañeras me agarraron, seguramente habían pensado que pasarían ese cerco policial con el Canciller; no fui insultado, ni maltratado, pero sí, me obligaron a caminar”.
Al día siguiente, los manifestantes regresaron y prendieron fuego a barricadas en la pista del aeropuerto de Rurrenabaque para lograr la liberación de 300 manifestantes que habían sido arrestados, según el alcalde Yerko Núñez.
La Central Obrera Boliviana convocó a una huelga general de 24 horas;[30] aunque algunos negocios permanecieron abiertos, las escuelas y los servicios médicos se vieron afectados.
[33] Se dijo que los manifestantes se sintieron alentados por las protestas de solidaridad en las zonas urbanas y la huelga general; luego dijeron que la marcha de protesta continuaría.
Adolfo Chávez, líder indígena, dijo que "Hemos retomado la marcha y nuestra intención no es chocar con nadie.
Cuando los manifestantes entraron a la ciudad, la gente en La Paz los vitoreó ondeando banderas bolivianas y pañuelos blancos.
[38] Los organizadores dijeron que si el apoyo del gobierno al proyecto continuaba habría más violencia.
Nadie en el gobierno hubiera pensado que un ataque así podría ocurrirle a nuestros hermanos indígenas.
[11] El Ministro del Interior, Sacha Llorenti, que había sido presionado por su manejo de la crisis, también renunció.
Morales aprobó una ley en el Congreso boliviano que prohibiría la construcción de una carretera a través del parque nacional.