Los burdeles bordean las carreteras del país hacia Austria y Alemania, fuente de muchos clientes.
Entre 2005 y 2010, Praga tuvo el primer burdel en línea del mundo, Big Sister, donde los clientes podían mantener relaciones sexuales gratuitas, retransmitiéndose los actos por Internet.
[4] La policía checa aumentó su capacidad para investigar y condenar a los traficantes durante el periodo que abarca el informe, aunque el número total de casos enjuiciados en virtud de la legislación contra la trata siguió siendo bajo y las condenas impuestas, débiles.
El gobierno checo continuó mejorando la protección y la asistencia contra la trata de personas.
El gobierno aloja a las víctimas y posibles víctimas que solicitan asilo con otros grupos de riesgo en centros de asilo vigilados para evitar contactos no deseados con los traficantes.
El gobierno checo ha intentado legalizar y regular la prostitución, pero estos esfuerzos han fracasado.
[7] El plan exigía que las prostitutas compraran licencias, se sometieran a controles sanitarios mensuales, pagaran impuestos y tuvieran un seguro médico.
Las licencias anuales sólo se habrían expedido a los checos y otros nacionales de la Unión Europea mayores de 18 años que no tuvieran antecedentes penales.
Se habría prohibido solicitar sexo cerca de escuelas, parques infantiles, iglesias y cementerios.
La opinión general es que, aunque la prostitución debería ser legal y las trabajadoras del sexo deberían estar registradas, los políticos no parecen dispuestos a adoptar una postura y muchos dudan de que las trabajadoras se registren.