[2] La policía ha declarado que no tienen recursos ni personal para hacer cumplir la ley contra los clientes; en consecuencia, se ha formado un grupo de vigilantes feministas llamado "Stóra systir" ("Gran Hermana") dedicadas a descubrir y delatar compradores.
"[4] Al legalizar el ofrecimiento de sexo, el gobierno creía que "las personas que se han visto obligadas a prostituirse preferiría dar un paso al frente y llevar ante la policía a los responsables".
[1] En abril de 2009, el Parlamento islandés aprobó una nueva legislación que declara ilegal el pago por sexo (el cliente comete un delito, pero no la prostituta).
Muchas prostitutas han recurrido a la publicidad a través de sitios web de citas, aunque estos sitios suelen prohibir la prostitución en sus políticas.
La policía islandesa ha declarado que la falta de recursos económicos y humanos les impide hacer cumplir rigurosamente la ley.