Si no experimentan reacciones de descomposición, son elementos químicos y si lo hacen son compuestos químicos.
Por ejemplo los metales alcalinos reaccionan con el agua para formar hidróxidos; la plata no reacciona con el ácido clorhídrico pero sí con el ácido nítrico; los gases nobles presentan como propiedad la inercia química.
Las propiedades químicas pueden ser contrastadas con las propiedades físicas, como el estado de agregación o el punto de fusión, las cuales pueden discernirse sin enfrentar la sustancia a otros reactivos.
Las propiedades químicas de los elementos se determinan haciéndolos reaccionar con el hidrógeno, con el oxígeno o con el agua y describiendo las condiciones (por ejemplo temperatura) en las que la reacción se produce y su velocidad.
Con el oxígeno se combinan en diferentes proporciones para formar óxidos.