El sueldo percibido por los trabajadores era aproximadamente un tercio del salario mínimo.
Los trabajadores adscritos a este programa iban desde los jornaleros hasta los profesionales universitarios, quienes se inscribían en los municipios.
A pesar de ser obreros municipales, no eran considerados tales ya que "ni siquiera eran considerados trabajadores, sino personas pobres beneficiadas con un subsidio estatal contra el desempleo.
"[2] No siempre tenían contrato formal, por lo que no siempre se les pagaban sus derechos previsionales (jubilación) y de salud.
Entre las actividades que se realizaban por este programa, destacaban: La productividad de estos trabajadores era aparentemente muy baja, y muchos de sus trabajos implicaban labores calificadas como absurdas e inútiles.