Primitivos portugueses

Varias exposiciones de 2011, en Lisboa-Évora y en Valladolid, han proyectado esas piezas internacionalmente.

Se conservan básicamente gracias a la protección de los objetos tras la desamortización realizada en el siglo XIX, al igual que sucedió en España.

El discurso expositivo partía de una secuencia cronológica, pero agrupaba las obras mediante comparaciones estilísticas e iconográficas, para documentar y cuestionar los conceptos de "originalidad" e "identidad nacional" que tradicionalmente se han asociado a este brillante ciclo creativo portugués, iniciado por Nuno Gonçalves y continuado por pintores sobresalientes de la primera mitad del siglo XVI, como Francisco Henriques, Jorge Afonso, Gregório Lopes o Cristovão de Figueiredo, entre otros.

Los pintores inventan un mundo nuevo, cuyos escenarios, aunque describan el Paraíso o el infierno, se localizan en escenarios terrenales y visibles habitados por una humanidad muy de carne y hueso, con retratos extraordinarios.

A partir de 2011, la expresión Primitivos portugueses tiene un más claro sentido en la historia del arte europeo.