[5] En estos años, el ritmo de crecimiento disminuye, se sigue creciendo pero más lentamente.
El cuerpo en la preadolescencia ya no es como en la niñez, pero tampoco llega a desarrollarse como en la adolescencia.
[6] En la preadolescencia, el niño puede ocultar sus pensamientos ante los mayores[cita requerida], en ocasiones manifestando agresividad y pasión en la defensa de sus intereses.
Por ésto, cuando los progenitores y los docentes adquieren competencias emocionales apropiadas, están en condiciones de contribuir a un mejor desarrollo de las competencias emocionales en sus descendientes y su alumnado.
Se encuentra mayor evidencia de dicha vulnerabilidad en la adolescencia debido a que hay una mayor cantidad de estresores a los que deben enfrentarse.