[1] En su conjunto, el portainjerto y el injerto constituyen un nuevo individuo bimembre, al cual el portainjerto aporta la sección basal que incluye el sistema radical y al menos una porción de tallo, lignificado (tronco) o no.
Y es muchas veces la única forma de cultivar plantas que no se desarrollan bien de semilla o que son susceptibles a una determinada enfermedad o plaga cuando se desarrollan sobre sus propias raíces.
Algunos portainjertos se usan para variedades de la misma especie porque les confiere características distintas a ella como puede ser el vigor, tamaño del fruto o precocidad.
Esos problemas se manifiestan de distintas maneras y dan lugar a lo que se denomina incompatibilidad o falta de afinidad, que puede conducir al rechazo y muerte del injerto.
La característica de la variedad a veces se considera después, una vez que el portainjerto ha mostrado su buen desarrollo.
Cada vez se hacen más ensayos genéticos y aparecen constantemente nuevos portainjertos mejorados o con nuevas características Las viñas cultivadas comercialmente en gran medida están injertadas en portainjertos debido a la resistencia de estos a la filoxera.