En 1283, la ciudad recibe una franquicia del emperador Rodolfo de Habsburgo.
Empeñada al Conde de Montbéliard en 1236, la ciudad debe ser retornada a los Ferrette, pero estos ya han cedido sus derecho al príncipe-obispo de Basilea.
Finalmente el Príncipe-obispo, apoyado por el emperador, logrará derrotar a Reginaldo de Borgoña y recuperar sus antiguas posesiones.
Diez años más tarde contraerá matrimonio con Everardo IV de Wurtemberg.
Esto como compensación a las pérdidas territoriales sufridas por el cantón de Berna durante la invasión francesa.