Populismo penal

El populismo penal, populismo punitivo o punitivismo[cita requerida] designa la tendencia a reformar el derecho y el procedimiento penal en un sentido iliberal y antigarantista con el fin de obtener el favor del electorado, sin tener en cuenta la idoneidad de las medidas adoptadas para reducir la delincuencia y promover la justicia.[1]​[2]​ La expresión populismo penal no se refiere sólo a las orientaciones de las políticas anticrimen de los partidos y movimientos populistas,[3]​[4]​ sino que incluye cualquier decisión en materia penal que sea demagógica, instrumental para la adquisición de popularidad, visibilidad mediática o éxito electoral, y que tiene una orientación punitiva en respuesta a estados de ánimo colectivos más o menos conscientemente incitados y exasperados.[16]​[17]​ Esto se traduce en que las reformas adoptadas con el objetivo exclusivo o predominante de lograr el favor popular por lo general corren el riesgo de ser invalidadas o no aplicadas por los jueces, que las consideran técnicamente inviables, irrazonables, incompatibles con los principios constitucionales o los compromisos internacionales: el populismo del legislador penal puede, por tanto, exacerbar la dialéctica entre el poder político y el poder judicial, desencadenando conflictos constitucionales.Según Pratt, un momento decisivo en el desarrollo del populismo penal en Inglaterra ocurrió en 1993 cuando Michael Howard, entonces ministro del Interior, proclamó que: «La prisión funciona: esto puede significar que más personas irán a prisión.[25]​ Según David Garland, en los últimos treinta años del siglo XX, la política criminal estadiunidense dejó de ser un tema bipartidista que podía ser delegado a profesionales expertos para convertirse en una cuestión principal en la competencia electoral.[32]​ Además de la difusión de campañas políticas y propaganda electoral centradas en el tema del control del delito y la aplicación intransigente del derecho penal, aumentan las iniciativas legislativas encaminadas a introducir nuevos tipos de delitos, endurecer el tratamiento sancionador, limitar el uso de medidas alternativas a la prisión y fortalecer el sistema punitivo del derecho penal[25]​ (tendencias resumidas con el lema «tolerancia cero» en el debate público y en los estudios criminológicos).[35]​[36]​[37]​ En tercer lugar, el nacimiento del populismo penal puede vincularse a la espectacularización del crimen y del proceso penal, a la «glamourización» de los medios de comunicación,[38]​ que provoca alarma social y alimenta el miedo en la opinión pública, fomentando una respuesta emocional, violenta, generalmente orientado hacia un tratamiento sancionador más severo.
Línea roja: tasa de encarcelamiento en Estados Unidos de 1925 a 2014; línea morada: hombres; línea verde: mujeres.
Tasa de delitos violentos por género en los Estados Unidos, 1973-2003. Línea azul claro, hombres; línea morada, mujeres.