Poda neuronal

El momento más importante de la poda se da durante la pubertad gracias a las hormonas sexuales.Los impulsos nerviosos recorren las neuronas y cuando llegan a las dendritas, que son una especie de brazos, pegan un salto hasta la siguiente neurona mediante la sinapsis, que se produce a través del intercambio de sustancias químicas llamadas neurotransmisores.En los humanos, la poda neuronal desencadena el aprendizaje: las neuronas activamente utilizadas fortalecen sus conexiones, mientras que aquellas menos empleadas se deterioran y desaparecen.La poda neuronal es el proceso que va eliminando estas conexiones creadas durante la infancia porque ya no serán útiles en la vida adulta.[4]​ El cerebro elimina las conexiones neuronales inactivas y refuerza aquellas en constante uso, llevando a una reorganización del sistema nervioso central que potencia la eficiencia cerebral.[3]​Esta poda neuronal es una estrategia que se usa a menudo para eliminar selectivamente ramas y conexiones neuronales exuberantes en el sistema nervioso inmaduro para garantizar la formación adecuada de circuitos funcionales y que el cerebro madure.[8]​ La poda sináptica es la que le permite al cerebro funcionar de una manera más eficiente.[4]​ Las imágenes del cerebro y los estudios anatómicos post mortem sugieren que la poda sináptica insuficiente o excesiva puede ser la base de varios trastornos del neurodesarrollo, incluidos el autismo, la esquizofrenia y la epilepsia.[10]​ Todos estos procesos, a su vez, son regulados por la interacción entre las neuronas y las células gliales que actúan de manera instructiva.[10]​ Las investigaciones han señalado un papel clave para las células gliales en la poda sináptica en varias partes del sistema nervioso y han identificado un conjunto de vías de señalización críticas entre la glía y las neuronas.[9]​ Esta poda óptima requiere que las sinapsis se eliminen de acuerdo con su eficacia, es decir, primero las más débiles.[7]​Esta poda neuronal ocurre de forma tardía con respecto a otras zonas del cerebro en todos los primates, incluyendo los humanos.[8]​ La neuroplasticidad se refiere a la capacidad del sistema nervioso para cambiar su estructura o funciones como resultado de estímulos anteriores.