[2] La plaza surge a partir del desarrollo urbanístico del barrio de Coya durante los últimos años del siglo XX, con un diseño cuadrangular austero con césped en toda su extensión ajardinada, con un camino perimetral flanqueado por árboles, un camino en diagonal, un pequeño parque infantil y la escultura de la miñoca en el centro de la explanada.
Además, se instaló en uno de los laterales un pequeño anfiteatro con gradas, junto a un parque biosaludable.
Las lombrices «(miñocas») eran utilizadas como cebo para la pesca, por lo que la escultura es un homenaje a esta práctica arraigada en la ciudad.
La escultura, de estructura metálica y revestimiento de cerámica con azulejos en tonos ocres realizada con la técnica del trencadís destaca por su tamaño y colorido.
Está dividida en cuatro partes separadas, de modo que emerge y se entierra en el suelo simulando a una lombriz entrando y saliendo de la tierra.