En la década siguiente se permitió el estacionamiento, que no se suprimió hasta 1987, con la construcción del aparcamiento subterráneo y el túnel que implicó la peatonalización.
En una de sus frentes se encuentra el palacio del ayuntamiento, rodeado por las otras tres partes por edificios porticados y culminados con unas espléndidas galerías, típicas de la arquitectura gallega.
El contorno se completa con la estatua a María Pita, que preside la plaza mirando hacia la casa consistorial.
Su realización y colocación en la plaza tuvo lugar en 1998.
En el exterior de estos soportales existen desde 2002 unas terrazas cerradas y acristaladas para la utilización de estos locales que levantaron mucha polémica en su colocación por el impacto estético que supone su presencia para el contorno monumental de la plaza.