Frecuentada principalmente por los ciudadanos del municipio en la época estival, a ella también acuden residentes de Gran Canaria y, en menor medida, turistas extranjeros.
Es una playa con profundas raíces pesqueras y cuya tradición perdura hoy en día.
Ello provocó un fuerte impacto medioambiental que cambió por completo el aspecto original de la playa.
De aguas limpias y con un color azul marino claro, está actualmente constituida en su mitad sur, por arena negra mezclada con la arena rubia original que se resiste a desaparecer y, en la mitad norte, por roca.
Predominan fuerte vientos de componente noreste en la época estival y posee una calma en invierno.