Plan de la Monarquía Indígena

El plan no tuvo seguidores ni repercusión política.

Desde 1833, la administración del vicepresidente Valentín Gómez Farías había instaurado una política reformista en materia eclesiástica.

Se proponía formar un Congreso formado por doce individuos descendientes del huey tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, de entre los cuales se nombraría al nuevo emperador mexicano.

El nuevo gobernante juraría sostener la religión católica, apostólica y romana.

El sacerdote fue remitido a la Arquidiócesis de México para instrurile causa, aunque no tuvo ningún efecto.