[5] Mientras trabajaba con colegas para estudiar las poblaciones de ciervos y cabras salvajes introducidas en Nueva Zelanda, consideró que los animales serían más fáciles de atrapar, examinar y liberar si se pudiera administrar una dosis de tranquilizante por proyección desde lejos.
Con ese fin, Murdoch pasó a desarrollar una gama de rifles, dardos y pistolas.
Desde 1967, en la URSS comenzaron a usarse balas huecas con tranquilizantes para la inmovilización de animales salvajes.
Un prisionero de 220 libras se volvió loco y el guardia le disparó un dardo tranquilizante.
Los dardos tranquilizantes no se utilizan generalmente en secuestros, violaciones o robo de identidad porque se detectarían fácilmente en un lugar público, como un bar o un restaurante.