Años más tarde, se casó con el pintor José Ribelles y Felip.
[1] Cuando pocas mujeres habían dado el paso de buscar un reconocimiento explícito a su faceta artística, Pilar Ulzurrun decidió solicitar su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de València dirigiéndose al conde de Contamina, que había elogiado su trabajo mientras tomaba clases de pintura en una visita a la capital aragonesa.
La pintora fue aceptada como académica de mérito por la institución valenciana en julio de 1804, lo que la animó a presentar también su candidatura a la de San Luis de Zaragoza, con un dibujo a lápiz y tinta china sobre papel del profeta Jael, copia del techo de la Capilla Sixtina del Vaticano, que le valió en enero de 1805 su ingreso también en la academia aragonesa.
Pilar Ulzurrun contrajo matrimonio en 1814 con el pintor de origen valenciano José Ribelles y Felip, con quien tuvo un hijo.
[2] Su consideración como "pintora de afición"[3] no parece ser una etiqueta aislada, sino una constante que se daba en las mujeres que accedían a las academias artísticas en este periodo y que es interpretada, a la luz de las investigaciones feministas, como una muestra de que la incorporación de pleno derecho a estas instituciones fue muy posterior.