Los pies de gato son las zapatillas que utilizan los escaladores, así llamadas porque son muy ligeras, flexibles y adherentes, gracias a que incorporan en la suela, en las bandas laterales y en el frontal una goma especial adherente que proporciona mayor adherencia y precisión.
Es fundamental que queden bien apretados, aunque sean incómodos en un primer momento; el ajuste es importante para ganar en sensibilidad y notar los pequeños salientes de roca.
En 1982, Boreal, empresa española ubicada en Villena, produjo el estilo de calzado "Firé"[2] con una revolucionaria suela de goma que mejoraba la adherencia a la roca.
Básicamente, se desglosan en dos tipos, según su dureza: Además se puede dividir su clasificación con base en la simetría de la horma: El ajuste al pie no significa que se tenga que escalar con dolor.
No es aconsejable usar los pies de gato si el dolor es demasiado grande para soportarlo.