Es considerado uno de los más grandes ilustradores florales y botánicos de la Era Napoleónica.
Como artista, Turpin fue largamente autodidacto.
En 1794 Turpin se traslada a Haití como miembro de la Armada Francesa; encontrándose con el botánico Pierre A. Poiteau (1766-1854), con quien con posterioridad trabajarían juntos.
A través de Poiteau, Turpin aprende Botánica, y a su vez crea muchas ilustraciones botánicas a campo que serían la base de posteriores estudios al retorno de los dos sabios a Francia.
En relación con su obra en Haití, fueron capaces de describir alrededor de 800 especies botánicas.