Al comenzar la Segunda Guerra Mundial fue deportado a Alemania, de donde volvió en 1945 para licenciarse en lengua alemana e italiana, doctorándose en París en 1959.
Tras unos años de docencia en la capital francesa, se trasladó a Poitiers, en cuya universidad enseñó hasta su jubilación en 1989.
Se le considera uno de los más reputados especialistas en lengua y literatura occitanas.
Su obra La langue occitane, aparecida en la colección Que sais-je?, contribuyó ampliamente a dar a conocer en toda Francia la realidad lingüística del Mediodía.
En 1982 formó parte de la Comisión Lingüística del Aranés, que estableció la normativa para esta lengua hecha oficial en 1983.