Las piedras de ebullición son frecuentes en la destilación y el calentamiento.
[1][2] Las piedras de ebullición no deben ser agregadas a un líquido que ya está cercano a su punto de ebullición, pues podrían provocar una proyección del material caliente.
[3] La estructura de las piedras de ebullición adsorbe el líquido mientras se utiliza por lo que no pueden ser reutilizadas en otros procedimientos, pues podrían inducir a contaminación.
Aunado a esto, no funcionan bien bajo condiciones de vacío.
En situaciones menos rigurosas, como laboratorios escolares, piezas de porcelana o vidrio rotos son comúnmente utilizados.