Filosofía zoológica

Advierte que el examen de los organismos no consiste únicamente en conocer sus razas y determinar sus diferencias, fijando sus caracteres particulares, sino que además es importante llegar a conocer el origen de sus facultades, las causas que les hacen mantener la vida y reproducirse y, también, la notable progresión que presentan en la naturaleza, en su organización y en el desarrollo de esas facultades.

Defiende que las facultades sensoriales e intelectuales están supeditadas a “lo físico”, a los órganos que las producen y cómo para confirmar tal hecho hay que retroceder en la escala de complejidad, desde el hombre, el más complejo y perfecto, a lo más simple, y observar cómo la adquisición de estas facultades está ligada a la adquisición de los órganos que las producen.

Es en la primera parte donde expone su teoría evolutiva (se la ha denominado “transformista”) de la vida, presentado los que considera hechos esenciales observados y los principios generales de las ciencias naturales.

El capítulo tercero lo dedica a determinar lo que consideramos especies e “indagar si es cierto que las especies tienen una constancia absoluta, y resultan tan antiguas como la Naturaleza, y si han existido en su origen en la forma que hoy las vemos; ó si sujetas a los cambios de circunstancias que han podido obrar a su respecto, aunque con lentitud, llegaron a cambiar de carácter y de forma por la sucesión del tiempo.” Lamarck hace notar la dificultad de considerar las especies como entidades diferenciadas dentro de la naturaleza, consideró que descendiendo (desde la actualidad a los orígenes) en la historia de cualquier especie se llegan a encontrar diferencias tan matizadas que cuanto más se llegase a conocer toda la variedad contenida en la naturaleza, la historia y los pasos que ha transitado cada individuo, más difícil se haría diferenciar a los individuos por especies, destacando una especial dificultad en el caso del reino vegetal.

Lamarck expone que de existir extinciones, estas únicamente se habrían dado entre los animales superiores, “donde el hombre, por el imperio absoluto que ejerce sobre ellos, ha podido llegar a destruir todos los individuos de algunas de aquellas que no quiso conservar ni reducir a la domesticidad”.

Capítulo aparte le merecen los invertebrados, continuando en la escala con los moluscos, los anélidos, los crustáceos, arácnidos, insectos, pólipos,...

Todo siguiendo un orden según van desapareciendo la columna vertebral, el aparato respiratorio, los órganos sexuales, órgano de la vista,... Hasta llegar a los infusorios, “animales microscópicos, con cuerpo gelatinoso, transparente, homogéneo y muy contráctil.

No hay en ellos interiormente ningún órgano especial distinto, sino gémulas oviformes en general, no ofreciendo en el exterior ni tentáculos radiados ni órganos rotatorios.” Para Lamarck no son los órganos y la forma de las partes del cuerpo lo que ha dado lugar a los hábitos, sino que por el contrario, los hábitos han sido los que han conformado estos órganos y sus facultades.

Finaliza esta primera parte con una clasificación de los animales tal y como entiende que han ido surgiendo, iniciando la clasificación por los más simples, y ascendiendo en complejidad hasta llegar a los mamíferos.

Estas segunda y tercera partes, Lamarck, toca temas más concretos como sus ideas sobre la excitabilidad de los organismos, propiedades de su tejido celular, circunstancias únicas en las que pueden producirse la generación espontánea, origen y formación del sistema nervioso (órgano del sentimiento).

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