Es conocida por sus investigaciones sobre el desarrollo, apoptosis y supervivencia de las células T; los adyuvantes inmunológicos; las enfermedades autoinmunes; y por identificar los superantígenos, el mecanismo detrás del síndrome del choque tóxico.
[3] Durante su doctorado trabajó con Alan Munro en el Laboratorio de Biología Molecular del Consejo de Investigación Médica del Reino Unido, donde comenzó a estudiar las diferencias entre las células T y las células B.
[1] Al terminar su trabajo en San Diego se casó con Kappler y ambos se trasladaron a Rochester, Nueva York, donde su marido consiguió trabajo como docente en la Universidad de Rochester.
Las alteraciones de este proceso son las que conducen a las enfermedades autoinmunes.
[2][3] Además identificaron los superantígenos de las bacterias, unas toxinas que estimulan sobremanera a las células T, produciendo una respuesta inmune excesiva que puede ser fatal y es la causa del síndrome del choque tóxico.