Constituyen una muestra excepcional del denominado Grupo Galaico de Arte Rupestre, ejemplos de arte rupestre repartidos por toda la comunidad gallega y que tienen su origen entre los años 1800 y 600 a. C. El motivo del laberinto, característico de los petroglifos de Mogor, es atípico en el conjunto del arte rupestre gallego, conociéndose sólo cinco ejemplos, todos ellos en la provincia de Pontevedra.
Los tres conjuntos de grabados rupestres de Mogor son los siguientes: Los petroglifos están en una zona ajardinada que intenta recrear un ambiente arqueológico.
Existen pasarelas que permiten su visión desde lo alto sin tener que pisar las piedras ni los grabados.
Hace unos meses, el ayuntamiento de Marín y la Junta de Galicia firmaron un convenio para musealizar todo este ámbito.
Su estado de conservación, en general, y a pesar de ser declarados monumentos histórico artísticos, no es el adecuado, pero tuvieron mejor suerte que otros que desaparecieron como los de Teixugueira, Laxe o la conocida como Pedra dos Namorados.