La conexión de Sauber con el automovilismo fue algo paradójica, dado que las carreras a motor en su país habían sido prohibidas después del Desastre de Le Mans en 1955.
Aunque, él pudo competir en acontecimientos de escalar colinas con un Volkswagen Beetle que había comprado, y así puso las bases para su primer proyecto como propietario de un equipo.
En el automóvil del 77 se pudo pilotar con toda su clase antes de abandonar, igual que pasó un años después.
Los conductores terminaron 1-2-4 en el campeonato ese año, a uno de ellos estuvo Max Wietl, que posteriormente se unió al equipo como gerente del mismo.
En noviembre de 1991 Mercedes no estaba del todo convencida con el proyecto, fue entonces cuando Sauber entró en la F1 por sí mismo en 1993, contando con los conductores Jyrki Järvilehto y Wendlinger, e impulsado por motores construidos por Ilmor, pero rebautizados como motores Sauber.
Sauber realmente convenció a Mercedes para entrar en la F1 en 1994 pero un año más tarde la casa de Stuttgart se asoció con McLaren, abandonado Sauber se asoció con Ford para crear el equipo de trabajo.
El equipo fue conocido durante las cuatro siguientes temporadas como BMW Sauber y Peter ocupó un papel como consultor dentro del mismo.
Dos años más tarde, Sauber transfirió a un tercio de su participación en el Grupo Sauber a la india Monisha Kaltenborn, CEO del equipo y su sucesor designado.
Con esto, Peter Sauber anunció que Pascal Picci tomaría su puesto en la empresa.