Perversión

Perversión, del latín pervertĕre (volcar, invertir o dar vuelta),[1]​ es un término que históricamente fue utilizado por la psiquiatría clínica clásica, por la psicopatología y por los pioneros de la sexología para designar un comportamiento o un conjunto de prácticas sexuales que no se ajustaban a lo socialmente establecido como sexualidad normal en la época.

Manifestaciones muy diversas de la sexualidad humana fueron englobadas por la psiquiatría del siglo XIX bajo este concepto: entre otras, el fetichismo, la pedofilia, el exhibicionismo, el sadomasoquismo, el voyeurismo y muchas otras «perversiones», algunas de las cuales han sido agrupadas por la psiquiatría actual bajo el concepto de parafilia y otras, como la homosexualidad, han dejado de ser consideradas como trastorno o enfermedad.

[2]​ En psicoanálisis, la perversión es una entidad técnica que mantiene vigencia hasta la actualidad, pero desprovista de su connotación peyorativa.

El término fue utilizado inicialmente por Sigmund Freud, quien lo recogió desde la psiquiatría clásica, pero lo redefinió conceptualmente por completo (véase Disposición perversa polimorfa).

Para el psicoanálisis de orientación lacaniana y su clínica estructural, el concepto de perversión constituye un elemento esencial del edificio teórico, puesto que designa, junto a la neurosis y la psicosis, una de las tres posiciones subjetivas estructurales descritas en su teoría.

Señal en Osaka, Japón, avisando de pervertidos en la zona