Un perro de asistencia en autismo está entrenado para asistir a una persona con autismo y ayudarla a ganar independencia, autoestima y la posibilidad de llevar a cabo actividades de la vida diaria,[1] de forma similar a personas no autistas.
Estos perros se entrenan para ayudar a priorizar la información necesaria y asistir situaciones que pueden resultar sobreestimulantes o confusas, de igual modo como un perro guía provee asistencia visual a humanos ciegos, guiándolos a través de peligros potenciales para ellos.
De forma similar a como son entrenados los perros para sordos, pueden alertar a sus portadores sobre ruidos de importancia y cosas que requieran la intervención humana como humo o alarma de incendios, un niño llorando, un teléfono que suena o una llamada a la puerta.
Para una persona con autismo, no es obvio de forma rápida que estímulos externos son urgentes y cuales requieren su atención inmediata.
[2] Como se entrena a los perros de asistencia para responder a determinados comportamientos:[3] El perro previene en niños autistas muy pequeños de salir corriendo y actuar como canguro y notificar a los padres cuando el niño intenta escapar de casa.