Las perreras, también conocidas como chirrincheras,[1][2] son el nombre que reciben en Venezuela los camiones generalmente usados para mover ganado u objetos pesados.
Originalmente fueron apodados así hace décadas en áreas rurales e indígenas, donde eran un transporte común en el campo y la gente los abordaba para moverse con sacos de plátanos.
[5] Según Gustavo Chourio, experto en urbanismo de la Universidad del Zulia, alrededor del 30 por ciento de los venezolanos solía tener vehículo propio, el promedio más alto en América Latina, proporción que ha disminuido drásticamente en la actualidad porque pocas personas tienen recursos suficientes como para comprar repuestos como neumáticos o baterías.
Luis Alberto Salazar, presidente del comité y su vocero principal, ha afirmado que en Venezuela hay al menos 150,000 perreras.
[5] Lejos de prohibirlos por sus condiciones inseguras, el gobierno venezolano ha presentado los vehículos como una innovación en el transporte y ha justificado su surgimiento, varios gobernadores y alcaldes oficialistas activaron su propia flota gratuita de perreras.