Peregrino Laziosi

En sus años de juventud ingresó en un movimiento que se oponía al papa Martín IV.

Entró a los treinta años en la misma orden que San Felipe: la Orden de los Servitas, en la ciudad de Siena.

[1]​ Según la tradición, una de las penitencias especiales que eligió fue el estar de pie en tanto no fuere necesario estar sentado.

No se sabe si será por este motivo, pero lo cierto es que al cabo de unos años, desarrolló venas varicosas y después cáncer en un pie.

La noche antes de la cirugía para amputarle la pierna, pasó mucho tiempo en oración.