El origen del pepián se remonta a la segunda mitad del siglo XVI, con el nacimiento de las cofradías, que permitieron la fusión de los Mayas y Españoles.
Cuentan que en el mundo prehispánico se servía el pepián en grandes ceremonias o rituales, relacionadas con la religión y la política.
Es más, su nombre pareciera hacer referencia a esta semilla altamente apreciada en los recetarios locales.
Sin embargo, el pepián es suave y no muy picante, aunque ello puede variar de acuerdo a quien lo cocina.
Fue el Acuerdo Ministerial 801-2007 el que le otorgó el reconocimiento al pepián.