Ideación suicida

Igualmente, resaltan evidencia de que las formas pasiva y activa podrían ser «comparables [...] en su asociación con resultados negativos para la salud mental, incluyendo comportamiento suicida».[10]​ Con respecto a otros grupos etarios, Dong y colaboradores (2019) estimaron, en individuos estadounidenses de 51 años o más, que entre 10.9 % y 13.3 % experimentó ideación suicida pasiva en el año previo.Sin embargo, destacaban que en adultos mayores fallecidos por suicidio, más propensos a presentar enfermedades médicas o dolor crónico, tienen menos probabilidades de presentar síntomas psiquiátricos o diagnósticos clínicos en comparación con individuos más jóvenes.[13]​ En suma, en adultos mayores, la ideación suicida pasiva «puede presentarse en personas que no estarían consideradas deprimidas bajo los estándares típicos».[16]​[17]​ No obstante, una revisión sistemática de 2016 encontró resultados «mixtos» al evaluar 66 estudios que analizaron la teoría, con la mayoría sustentados en población estudiantil o clínica.[11]​ Por su parte, Simon (2014) defiende que «ninguna escala puede sustituir una evaluación rigurosa».[11]​[21]​ Klonsky, May y Saffer (2016) afirman que los pensamientos y comportamientos suicidas son «difíciles de tratar», además de que «no existen tratamientos altamente efectivos».