También se puede usar en sentido figurado, denotando cualquier memorial celebrado por cosas que han llegado a su fin ("peijaiset" sobre, por ejemplo, empresas en quiebra).
[2] Se han informado costumbres similares de muchas otras personas del norte que comparten su hábitat con los osos como por ejemplo, los pueblos obi-ugrios y los nativos norteamericanos.
En el este de Finlandia tendría muchos dolientes y plañideros, y la gente se dirigiría al oso como a un pariente o al hijo de un dios.
En tales casos, el oso estaba apoyado dentro de un marco o atado a una cruz.
[2] En muchas ocasiones se trata de una cena festiva para los cazadores, elaborada con la última presa.