Se formó como tejedor de tapices con el maestro tapicero francés J.L.
Entre 1757 y 1758 residió en París, donde estudió técnicas de tejido en la Real Manufactura de los Gobelinos, así como pintura con François Boucher y Jean Siméon Chardin.
De regreso a su país, continuó su labor como tejedor hasta aproximadamente 1780, especialmente para el Palacio Real.
Sin embargo, desde 1770 se fue dedicando cada vez más a la pintura.
También realizó retratos, como el del poeta Carl Mikael Bellman (1781, Museo Nacional de Estocolmo), así como varios autorretratos.