Larraondo se dedicaba a transportar mercancías con destino a diferentes países europeos y del Próximo Oriente para la compañía de unos comerciantes de Brujas, los Alberti, con sede en Florencia.
La primera según Piloti, dice que fue capturado, posiblemente por la flota catalana, entregado al sultán de Egipto —con el que tenía una vieja cuenta pendiente por aquellos ciento cincuenta musulmanes robados—, y ejecutado.
Según cuenta en su libro Andanças é Viajes de Pero Tafur por diversas partes del mundo avidos (1435-1439) Larraondo fue capturado por una nave mora que después fue tomada por un corsario catalán, quien al reconocer al famoso cautivo le propuso asociarse con él.
Sin embargo, no se descarta que antes de su ejecución pudiera haber servido al sultán durante un tiempo.
Tampoco la iglesia de Santa Marta en el Cairo, donde Tafur cuenta que fue enterrado, existió.