Pedro Javier Sánchez de Orellana

Pedro Javier recibió 25.000 pesos por la dote de Francisca, parte de contado y parte en documentos que debía cobrar a los deudores.Tres años después, recibió los despachos desde Lima, enviados por el Virrey del Perú; pidió a la Audiencia la fijación de fianza e inició en 1715 su gobierno de cinco años en Latacunga.[5]​ En 1716, se incorporó de Alguacil Mayor del Santo Oficio.[7]​ El resto de sus bienes, que ascendían a 118.5000 pesos, se destinaban a ser repartidos entre los demás herederos, con exclusión del mayor, que entraría al goce del Mayorazgo a la muerte del fundador; hecho que ocurrió pocos años después del 3 de septiembre de 1753, cuando dictó una memoria testamentaria en Quito.[3]​ El Marquesado le fue heredado a su primogénito Félix Sánchez de Orellana y Rada, aunque por diversas circunstancias también recayó sobre los hombros de sus otros hijos, Diego y Mariana.