Pedro Enríquez de Quiñones

[1]​ En tiempos de Enrique IV, mantuvo buenas relaciones con los dos bandos nobiliarios que rivalizaban en Sevilla y actuó como mediador entre ellos.

Tras el ascenso al trono Isabel y Fernando, que era su sobrino, asumió una labor como representante de los monarcas en esta ciudad lo que le reportó numerosos privilegios, como ser desde 1478, uno de los veinticuatro regidores del concejo municipal de la ciudad y también señor de Tarifa.

[1]​ La situación económica del matrimonio con Catalina de Ribera era acomodada.

En segundo lugar, su actividad cortesana lo convirtió en una especie de conseguidor sobre asuntos variados, que le reportaba variados beneficios e igualmente participó activamente en el comercio marítimo.

Pedro y Catalina fueron padres de: También tuvo una hija natural:

Efigie de Pedro Enríquez en su tumba, realizada en 1520, y que se encuentra en el mausoleo de Los Ribera del Monasterio de Santa María de las Cuevas
Cartuja de Sevilla . Capilla del Capítulo, Panteón de la Casa de Ribera .