Peñamellera Baja

Siempre la ganadería y la agricultura estuvieron presentes en la vida del valle, quedando eximidas sus gentes de los impuestos derivados de la venta del ganado gracias a un privilegio que les fue concedido por el rey Carlos II.

El valle sufrió también las consecuencias de la guerra de la Independencia siendo ocupado por las tropas francesas en 1809 cuando el coronel Gauthier rompió la vigilancia del río Deva e invadió el concejo regresando en 1810.

[5]​ En ese momento empiezan a aparecer las discusiones para la capitalidad del mismo entre Alles y Abándames.

En 1869 se separan administrativamente los dos cuetos quedando Abándames como capital del valle bajo.

También del valle bajo fue característica la emigración de jóvenes a América, invirtiendo años más tarde sus fortunas en forma de casonas, palacios, escuelas y diversos servicios que benefician a todo el pueblo, como fueron las mejoras en carreteras y la traída del agua.

Actualmente la mayoría de la población se concentra en los alrededores del río Deva en el norte, encontrándose el sur bastante despoblado a excepción de la parroquia de Cuñaba (Cuñaba y San Esteban), que aún con todo ha perdido bastante población en estos últimos tiempos.

Desglose de población según el Padrón Continuo por Unidad Poblacional del INE.

También son censadas en el concejo cabezas de caballos, cabras y ovejas.

Dicha capital posee una buena cantidad de servicios, estando bastante bien cubiertas sus necesidades.

Estas figuras están en parte superpuestas y orientadas hacia el fondo de la cueva.

También en Abándames encontramos el palacio del Palenque y que tiene una estructura similar al anterior.

Más modernas son las casas indianas y la torre de la ermita de San Antonio y desde la que se divisa todo el valle del Deva.

Entre sus principales fiestas destacan: Las fiestas en los pueblos de Peñamellera sirven para rememorar viejas costumbres como las subastas de los ramos, el árbol que pina la gente joven, llamado hoguera, las fuentes decoradas por San Juan, los cánticos populares, los trajes regionales.

A su vez se celebran deportes autóctonos como los bolos y degustación de la gastronomía lugareña.